Olvidable. Una ceremonia deslucida, que ni el desnudo de John Cena ni el talento de Ryan Gosling lograron salvarPor Natalia Trzenko
La mayor novedad de la 96a. ceremonia de los premios Oscar que se realizó anoche en el teatro Dolby de Los Ángeles fue ver a las estrellas literalmente corriendo por la alfombra roja hacia la sala para que la transmisión pudiera comenzar. El caos se generó por una combinación de factores: por un lado, el anunciado adelanto en la hora de inicio de la gala, por otro la confusión que creó el hecho de que ayer en los Estados Unidos se atrasaron los relojes y, sobre todo, la protesta en apoyo a Palestina organizada en las inmediaciones del boulevard de Hollywood que obligó a muchos de los invitados a bajarse de sus limusinas y a trotar hasta la alfombra roja. Pero una vez que la ceremonia que transmitió TNT estuvo en marcha, y el conductor Jimmy Kimmel presentó un monólogo con algunos buenos chistes y otros apenas mediocres, todo sucedió sin demasiados sobresaltos ni momentos inesperados.